Huyes de tu mansión y te refugias en mi cabaña para que te haga lo que nadie te ha hecho nunca. Tus alaridos de placer hacen eco en el monte, mientras, el sudor corre por tu espalda esperando la llegada de otro más. Ahí te viene, galopando y sin demora, suave y profundo para sacar lo mejor de ti.
Te agarras a los barrotes de mi cama mientras me asombro de tu radical mutación
en tan poco tiempo. Atrás quedó aquella niña inocente de mirada azul que vivía ajena
a todo aquello en su mundo de Nunca Jamás.
Marcos CL

Polvo de hada!!! Alm
ResponderEliminar