Sabía de sobra que estaba espiándolo mientras se
duchaba, me quedaba en la puerta apoyada ojeando y recorriendo con la mirada
cada centímetro de su anatomía. Me gustaba ver como se enjabonaba y la espuma
se quedaba por cada rincón de su cuerpo. Permanecía quieta intentando aguantar
las ganas para no entrar en la ducha con él, me estaba excitando mucho.
Solamente
llevaba una camiseta de tiras y tanga, me daba igual meterme y mojarme más todavía,
mojarme por completo. Así lo hice, entré y me pegué a su espalda con fuerza, necesitaba
sentirlo muy cerca, sentirlo muy mío.
Apenas se inmutó dejándome actuar. Pasaba las palmas
de mis manos hacia arriba por su espalda con presión y mis uñas hacia abajo,
acabando en aquel culo tan prieto que me volvía loca. Notaba como poco a poco
se iba poniendo en el mismo tono que yo.
Deslicé mi mano derecha por su cintura
hacia delante buscando su pecho, me gustaba manosearlo así. Levantó sus brazos
y los apoyó sobre los azulejos, estaba a mi merced, lo tenía todo para mí. La
mano izquierda acariciaba sus glúteos mientras que la derecha tentaba e intentaba
encontrar el tesoro, ese prominente miembro que tenía tan presto para mi gozo.
Lo sujeté con fuerza y le ordené que se girara. Mi boca estaba con hambre de todo
aquello, me puse de rodillas y mirando su rostro de excitación desde abajo,
comencé a devorarlo con muchas ganas.
Sus jadeos se fueron incrementando mientras
apretaba los dientes como una bestia, apenas le daba tregua y mi boca lo llevaba
al límite del placer. Sujetándome con fuerza del pelo me obligaba a hacerlo más
y más profundo, hasta llegar a la arcada. Me ponía demasiado verlo tan excitado
por todo aquello que le hacía. En poco tiempo conseguiría mi recompensa, me
encantaba aliviarle toda aquella tensión. Todavía recuerdo su sabor como si hubiera
sido ahora mismo. Esto fue antes de la cuarentena y las ganas por verlo de
nuevo se me siguen acumulando.
Marcos CL

Habrá que quedarse con la ganas y mirar!!! Despacio. Alm
ResponderEliminar