miércoles, 11 de marzo de 2020

HIELO







Me gustaba jugar con aquella piedra de hielo poniendo al filo del abismo a todos sus sentidos. Le tapé los ojos como hacíamos siempre en los juegos y echada sobre la mesa de cristal en el comedor, comenzó aquel recorrido peligroso con tantas curvas perfectas, el matiz del punto exacto y la miscelánea en contraste con calor de cuerpo el tacto gélido de hielo. 

Entre mis dedos con arte, lo fui pasando por los puntos que más caliente le ponían. Su boca, aquella boca deseosa y sedienta, deje unos segundos esperando que se fuera derritiendo para ver como caen las gotas entres sus labios y enfría su lengua. Bajando por el cuello poniendo la carne de gallina a su paso, caminando hacia el sur me encontré con sus dos hermosas cimas para remontar, primero una, llegando a su punto mas elevado y erecto, después pasando hacia la otra, llegando al zenit y provocando un profundo jadeo acompañado de aquel serpenteo de cadera en el sitio que tanto me gustaba. 

Se agarraba fuerte al cabecero de forja para intentar no moverse mientras yo pasaba de sus cumbres a la llanura mas deliciosa. El hielo iba perdiendo volumen y forma, debía continuar hacia la meta sin demora, una pequeña parada entorno al ombligo y recibiendo la señal de calor que emanaba de su pubis.

 A penas una canica de hielo que llega apresurada a sus ingles para acabar de derretirse en su sexo y hacer una pócima perfecta con su esencia y su flujo. Me quedo atónito por ese punto de excitación tan elevado que tiene y entonces me dispongo a paliar mi sed bebiéndola.
                                                                                                  Marcos CL

3 comentarios: