Era
tan gallito que tenía unas ganas increíbles de dejarlo así, para el arrastre
literalmente. Me había puesto muy sexy, todo hay que decirlo, saqué a la
palestra todas mis armas de mujer y seducción.
Había
negado mil y una vez que no quería nada físico conmigo, que lo nuestro era una
relación intelectual. Ya, ya, cobarde y mentiroso. Su matrimonio era un
desastre y estaba falto de mimos y afecto, de eso me percaté desde el primer
café que tomamos en La Marina.
Después de ir a picar algo por el centro, mi
cabeza ya volaba, yo con dos cervezas ya estaba suelta de mente y de lengua, lo
suficiente como para decirle que me apetecía irme de allí y darle un buen
escarmiento.
Me había lastimado durante la semana y este
niño merecía un castigo justo. Le susurré que nos fuéramos y que condujera
hasta su casa. Estaba a 15 min de la ciudad y al llegar no le di mucho margen.
Me
abalancé sobre él y besé esos labios tan apetecibles. Desde esa hora hasta el
momento han pasado y le he pedido que me diera muchas cosas, hasta la
extenuación, hasta dejarlo fundido.
Ahora que son las 9 de este sábado gris,
dormidito como un bebé se me quedó, pero lo voy a despertar y vamos a
"BESAYUNAR”.
Marcos CL
Mmmm Niño malo!! Seguro que no escarmienta. Felices besayunos. 💋💋
ResponderEliminarArriba y a besayunar bebé!!!Alm
ResponderEliminarFeliz por vuestras palabras, ese niño necesita mas escarmientos así!
ResponderEliminarsupongo.......