miércoles, 25 de diciembre de 2019

25




Aquella mañana de navidad, aquel sentimiento, aquella llamada oportuna iluminó mi vida caótica. Después de haber pasado la Nochebuena con familia, pero en soledad por dentro, escuchar su voz conciliadora a media mañana me hizo llorar de emoción.

Había vuelto a la ciudad y esta vez para quedarse, después de viajar por todo el mundo se había dado cuenta de que ese vacío que sentía desde que lo habíamos dejado no lo suplía con nada. Me preguntó por mi familia, por mis cosas de la vida y fue con aquella pregunta incisa de sí mi corazón seguía libre, de sí estaba con alguien, lo que me remató.

Por supuesto que para ella lo seguía, libre pero aferrado a nuestro amor. No sabía ni como decirle que la estaba esperándo desde el primer instante y que su voz era el mejor regalo que podría haberme hecho el destino aquel 25 de diciembre. Lo íbamos a intentar de nuevo con todas nuestras fuerzas y ahora sí sería para siempre.

 Te quiero. 

Marcos CL

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