Te creías muy valiente queriendo jugar a lo que no sabes.
Jamás imaginarías lo que te podían llegar a enganchar mis artimañas, mis
palabras susurradas, mis manos hábiles y diestras en ese terreno oscuro.
Te dejaste ir a la deriva por esos ríos salvajes y tenebrosos
que son el morbo y el placer extremo. ¿No era eso lo que querías, no era lo que
pedías?, eso me pareció oír mientras me suplicabas de rodillas. Por tanto y por
todo ello, sé bienvenido a mi mundo.
Atentamente, tu Dómina
Marcos CL

Gracias por abrir la puerta a ti mundo. Están muy bien tus relatos
ResponderEliminarGracias por leerme!!
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