sábado, 21 de diciembre de 2019

Filloas




Me encantaba cogerla con las manos en la masa, mientras preparaba la mezcla para las filloas, por ejemplo, como pasó aquel sábado.
Me gustaba mucho verla y atacarla por detrás contra el mesado, con su mandilón y su melena sobre los hombros, canturreaba feliz en uno de sus lugares favoritos, le encantaba cocinar y preparar platos y postres con innovación. Una verdadera artista con esas manos de plata. Me excitaba mucho aquella situación y pronto me sentiría muy pegadito a ella.

Me acerqué sigiloso e hice que me notara pletórico. Mis jeans frenaban toda aquella tremenda erección que portaba. En breve notaría como la fricción haría su efecto calor. Latente e imparable mi corazón a mil no paraba de bombear sangre hacia mi falo. El deseo era tan loco que hasta se me nublaba la vista, me estaba apeteciendo mucho penetrarla allí mismo, de manera salvaje, hacer que gritara mi nombre con cada orgasmo que le haría tener.

 Le sujeté con una mano toda esa melena rubia que tanto me gustaba y con la otra buscaría por su muslo el calor de su sexo que me llamaba, me apetecía mucho saber y contar el tiempo que tardaría en ponerse húmeda al sentirme así, no tardé demasiado en saberlo y confirmarlo, sin duda toda aquella miel que mojaba mis dedos era el efecto de aquella causa.

 Sin remedio la senté sobre la encimera y me dijo “loco me vas a llenar de harina”. era lo que quería, verla así con el contraste del blanco farináceo y con el ambiente cargado de morbo e ingredientes muy sugerentes, su piel y mi boca para empezar.

Sin darnos cuenta estábamos completamente llenos mezcla de filloa y placer por todo el cuerpo, nuestra ropa ya en suelo y la piel al desnudo para el deleite de mi mente y vista. Me encantaba así, jugosa, mojada, dulce y salada. Mi boca la hacia gemir a cada paso mas fuerte y ella me regalaba otro y otro más, suplicándome que no parase mientras apretaba mi boca contra su guarida.  

 Marcos CL

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