viernes, 27 de diciembre de 2019

A medias



Tenía a su alcance todas aquellas armas de mujer, le encantaba tener ese poder, implacable fuerza que ejercía sobre los hombres, sus pobres lacayos con los que jugar y hacer rabiar.

 La Naturaleza había sido gentil con su anatomía, preciosa carita con mirada pícara, una melena color castaño suelta sobre su espalda, un busto bien proporcionado, acompañado por aquellos voluptuosos glúteos a juego.

Le gustaba vestir ceñida y despertar miradas a su paso. En su trabajo, en el gym, en la calle, llamaba la atención siempre. Cuando posaba en sus sesiones de fotografía con su amigo Enzo, la cámara la quería y mimaba, sin duda había mucha fotogenia en su piel y en aquellos tatuajes tallados caprichosamente.

 Aquel puente de diciembre tenía una presa a su alcance. Le había echado el ojo en una cervecería famosa en la ciudad y esa noche iba a por él. Volvió a casa después de entrenar un par de horas, se dio un baño relajante mientras jugueteaba en su mente con aquel guapo moreno.

 Salió de su bañera, secó a toques su suave y cuidada piel, a continuación, sesión de crema por cada rincón de su cuerpo y un “acicalado” al detalle. Vestido negro ajustado, lencería negra con encaje a juego, medias de blonda sujetas con liguero y zapato rojo para marcar territorio. Le quedaban pocas horas a aquel mosquito para caer en la telaraña de aquella maestra de la seducción y dueña de la sensualidad.

Marcos CL

*Gracias por la imagen @susanita.bm

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