miércoles, 18 de diciembre de 2019

¿Comemos?



Me encantaba quedar con él para comer, una hora de charla fuera de las rutinas del día a día. Unas miradas traviesas e incluso cómplices para resetear y lubricar la vida a veces oxidada. De vez en cuando está bien salir del círculo y respirar aire fresco, aire distinto a lo que respiramos en cada jornada laboral y familiar.

Sentía mucha curiosidad por todo aquello que se le pasaba por la cabeza mientras me hacía el triángulo con aquella mirada tan lasciva. Por momentos me hacía el recorrido en círculos con sus ojos cortantes, primero pasando por los míos, bajando por mis mejillas y después parándose en mis labios mientras hablo, más tarde para volver a encontrarse con mi mirada. Eso me ruborizaba y me ponía también, todo aquello me hacía hablar más rápido todavía.

En los detalles está la esencia, en la esencia está el todo. Aromas, gestos y tonos de voz. Pequeños momentos deliciosos que hacen de este camino de piedras un pequeño paraíso. Sensaciones nuevas con gentes nuevas para acabar el año.

Marcos CL

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