Escribías todo aquello de manera tan sutil que
enamorabas con sólo leerte. Con la delicadeza de las flores y la profundidad
del océano, de tu corazón salían verdaderas dedicatorias encubiertas de amor.
Yo en mi lectura solitaria y calmada, me sonrojaba por momentos con alguno de tus
versos, me ponía en la piel de la protagonista soñando o pensando que quizás
fuera por mí toda esa pasión que emanaba de tus dedos.
En ese arte llamado seducción eras único, la vida te
había tocado con una varita mágica en ese campo llamado romanticismo, ese
territorio en donde tú, paseas a lomos de tu caballo árabe con garbo y brío,
con paso firme y al ritmo preciso, en esa temática tan complicada del corazón.
Sigue regalándome letras de pasión, sigue pintando en
lienzo blanco historias increíbles y que personas como yo, disfrutemos de lo
que sale del sentir de alguien tan genuino como tú.
Marcos CL

Exacto!. Sigue regalándon@s tus historias.
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