A golpe de lunes me cabalgó poniéndome contra la pared de espejos. Era sucio y salvaje todo aquello pero nos encantaba. Apenas sin mediar palabra me cogió desprevenida en lo que iba a ser una simple visita para darme los apuntes de la OPE.
Era escandaloso, lascivo y a la vez me parecía increíble que yo, tan casta siempre, pudiera sentirme como una loba jadeante así y soltando todo aquello tan fuerte por mi boquita de niña buena.
Marcos CL

Igual ni tan casta, jj
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