martes, 8 de diciembre de 2020

Locos

 

Me quedo con todo aquello que me dabas, aquella pasión infinita que emanaba de tu ser, ese sentimiento tan primitivo de alguien que ha vivido mucho y con tanta intensidad.

 Historia de locos que no se debe ni se puede contar, nadie la creería. Simplemente las cosas suceden así, cuando te das cuenta, uno ya
está muy dentro del otro, incluso sin tocarse. Cuentos de amor loco, amor encontrado, morbo añadido y sabor a gastronomía de alta cocina. 

Buenos ingredientes que salían de nuestra piel y cocinados a fuego lento, donde el resultado son tardes frías de lluvia llenas de ti.


                                                  Marcos CL

domingo, 30 de agosto de 2020

Berta

 





Volvimos a las andadas después de aquella tregua de varios años. Fue llegarme aquel mensaje inesperado y se activaron todas las alarmas de mi cuerpo. Volver a leer sus letras me llevó al instante a su dúplex en las afueras de Santiago, a aquellos encuentros que no tenían hora final, horas y horas de locura y cuerpos absolutamente entregados a la pasión. 


Avatares del destino, nuestros caminos se habían vuelto a cruzar y era fantástico sentir todo aquello de nuevo, partiendo de la base del recuerdo bonito que dejó aquel año 2007.Intercambiamos algunas fotos actuales y seguía teniendo aquella mirada que derretía los polos. Recuerdo con nitidez cuando se colocaba arrodillada ante mí en el sofá y clavaba sus ojos en los míos, mientras su arte hacía mella en mis ganas por tenerla y hacía desaparecer mi resistencia. 


Era inevitable no desfallecer al instante o a los pocos minutos, aquella presión que sus labios prietos ejercían sobre mi hombría eran un arma letal, de hecho, cuando le conté el recuerdo, a ambos se nos subieron los colores a través del teléfono, se percibía esa tensión en la conversación de whats app.


 Es buena verdad el refrán, “donde hubo fuego…..” Cuando el CoVID-19 tenga a bien, quedamos en rememorar todo aquello cara a cara y comprobar si nos sigue quedando todo tan delicioso.

                                                                                                                                                                      Marcos CL

martes, 18 de agosto de 2020

TARTA

 





 Odiaba y a la vez me encantaba ser una más en su lista de conquistas. Ya llevaba tiempo haciéndose de rogar, pero el encuentro era inminente. Había hecho en casa malabares para poder tener una tarde libre para mí. Sería esta misma semana y me encontraba, nerviosa, ansiosa, excitada por todo aquello.

 Su manera de ser me recordaba demasiado a Víctor de la saga de “Valeria”, mente perversa y la seducción como forma de vida. Un granuja de esos de libro, pero que sabes que lo que dice te lo va a hacer y con garantía de calidad. Se les nota en la energía que emanan,  se nota demasiado que no van de farol.

 Cuando estoy cerca de él, desprende una carga de testosterona que me hace humedecer la braguita al instante y me es mucha hora de esconderme en algún lugar para tocarme y aliviar por un momento ese deseo ferviente. Este fin de semana me pasó, tuve que levantarme de la sobremesa en una comida familiar, para ir al baño y volver a la mesa con coloretes. La tarta que había hecho de postre pasaría a un segundo plano en ese encuentro.

 Leo sus mensajes cargados de morbo y lujuria y la taquicardia es inevitable. Cada vez me importa menos lo que opinen de mí, simplemente quiero que me den placer del bueno y vivirlo, que no me lo cuenten. Simplemente quiero que mi cuerpo sea el máximo benefactor de ello.


                                                                                     Marcos CL

jueves, 13 de agosto de 2020

Wendy







Huyes de tu mansión y te refugias en mi cabaña para que te haga lo que nadie te ha hecho nunca. Tus alaridos de placer hacen eco en el monte, mientras, el sudor corre por tu espalda esperando la llegada de otro más. Ahí te viene, galopando y sin demora, suave y profundo para sacar lo mejor de ti.

 Te agarras a los barrotes de mi cama mientras me asombro de tu radical mutación en tan poco tiempo. Atrás quedó aquella niña inocente de mirada azul que vivía ajena a todo aquello en su mundo de Nunca Jamás.

                                                                                                                                                                       Marcos CL


miércoles, 5 de agosto de 2020

Nuestra ola


Tiempos de confinamientos y aislamientos varios. Palabras a las que debemos acostumbrarnos en esta nuestra era. A pesar de llevar días en casa aislado, en la grata compañía de Xira y Blacky, mi cabeza vuela hacia la costa.

Ese mar que pasa por nosotros de manera desmesurada y nos hace adictos a sus sensaciones. Nos entra en venas y nos volvemos dependientes de su sonido y de su extenso poder. Fiel compañero que nos daba la mano por la orilla en nuestros paseos, mientras esperábamos con pasión la puesta del astro sol.

 Momentos y recuerdos que alimentan mi alma a la espera de una pronta libertad que me haga llegar a tus brazos de nuevo. 

                                          Marcos CL


Agradecimientos a B.F. por su foto y su arte.


martes, 4 de agosto de 2020

Con-cuerda

Me suplicas que te ate cuando eras la primera que me decía que estaba loco por hacerlo. Me pides todo eso que en su día era pecado para ti. Tú que vienes de una familia tan cristiana, posas con los brazos en cruz mientras sometes a tu cuerpo a sesiones interminables de sudor y placer extremo.

 Me asusta a veces, no llegar a conocer tu reacción salvaje, tu verdadero límite como mujer poseída por un demonio en letargo, un animal enjaulado hasta entonces que, por fin, ve la puerta abierta hacia su libertad mental.

                                                                                                                                                                                                                                                     Marcos CL


lunes, 3 de agosto de 2020

Biombo


Mientras nos hacíamos todas esas fotos improvisadas, el fuego se fue apoderando de nuestros cuerpos lentamente, el baile a toque del objetivo curioso de la cámara, nos llevaba a la lujuria, posando en las distintas formas, formas que incitaban al pecado más rico y lascivo. 

Haber quedado para aquello, había sido una idea algo macabra al principio, pero era una buena manera de perder el miedo y que los complejos fueran desapareciendo. Con un velo por aquí, un cinturón por allá y tapando lo justo con un abanico, las imágenes fueron cobrando un color rojizo que nos hacían hervir la sangre. 

El biombo bien colocado que hacía de photocall, era el fondo perfecto para aquel juego de aficionados que simplemente de dejaban llevar. 

Nos apetecía aquello y así lo hicimos, sin pensar demasiado, pero con un resultado muy positivo. Al acabar la tarde nos pusimos a ver todos los archivos, imágenes y vídeos en la pantalla del pc, que era como ver un reportaje ajeno. Ello retroalimentó la batalla del placer a golpe de verano y comenzó la partida de nuevo.

                                                                                                            Marcos CL


jueves, 30 de julio de 2020

Nuestra historia



 

No sé ni como empezar una historia tan bonita como esta. Llegó de la nada para quedarse por siempre y aquí estamos en este punto de no retorno. Te despiertas un día y te das cuenta que te sientes feliz, completo y lleno de emoción por haber conocido a esa persona especial, esa persona que sí te la pintan cuando eres un crío dirías “esa es la que quiero a mi lado”. 

Ya da igual cómo o por qué, lo que importa simplemente es el ahora, el saber reconocer que lo que sientes es real, ser sincero con uno mismo y repetirse, “sí está pasando es porque así debe ser”. Así que vamos a dejar que nuestros corazones naveguen hacia donde el viento los lleve y ojalá acaben varados en una playa de ensueño, una playa que sea testigo una vez más de nuestro amor de verdadero.

                                                                                                                 Marcos CL

                                                           


viernes, 24 de julio de 2020

7






"Mis pensamientos escritos" (cap.97)
Me encanta llevarte al límite y que te sientas acorralada
 entre mi cuerpo que te domina y la superficie dura donde
 reposará tu sosiego cuando acabemos.

 Intenso y preciso y  al ritmo que te marca y te pone felina. 
Te subes por las paredes y bajas a los infiernos para darme
 otro y otro más, creo que ya van 7, un número de veces
 considerable dónde has jadeado mi nombre hasta la afonía.

                                                                  Marcos CL

martes, 19 de mayo de 2020

Final




Fuimos a aquella fiesta temática de los 80 a Toledo para celebrar la llegada del verano y el final de aquel tormentoso confinamiento. Nuestros amigos tenían una casa grande en las afueras de la ciudad donde seríamos casi un ciento de invitados, a Alberto le habían ido bien las cosas en sus empresas y hacia todo así, a lo grande.

 Buffet libre para todos en la piscina y disfraces para un remember que me traía buenas recuerdos a la mente. La música nos abría esa caja de vivencias de la adolescencia y el instituto, cosas que te hace pensar en el incesante paso del tiempo, sin duda hay que vivirlo y disfrutarlo. Sonia decidió ir vestida como las chicas de Greasse y a mí ir de John Travolta no me parecía mala idea. Estaba preciosa, falda negra con lunares blancos y aquel top rojo ajustado con pañoleta a juego recogiendo el pelo. Me encantaba presumir de chica, sinceramente.

 El alcohol rodaba y las miradas de amigos y desconocidos de la fiesta comenzaban a ser menos inocentes. Mojitos para todos y ese efecto que hace el alcohol en la sangre. Ebullición constante que tampoco a mí me hacía falta, la chispa estaba siempre viva y presta para ella. Desde el otro lado del jardín me hizo un gesto para que me acercara, estaba con las amigas, pero se le veía en aquella mirada lasciva que en ese momento su deseo era otro. Me acerqué y poniendo su boca en mi oreja me dijo – Guapo, por qué no me secuestras y me sacas de aquí? – Esa era una señal que teníamos muy entrenada, yo obediente, fui a junto de Alberto para despedirnos, pero ya estaba muy pasado, creo que ni nos vio salir. 

Yo había tomado sólo un mojito para poder conducir de vuelta a casa. Apenas entrar en el coche Sonia se puso sobre mí, estábamos muy cachondos y sin duda me lo quería hacer allí mismo. Me cogió la mano y la llevó a su hermoso culo, joder ya no llevaba braguitas. ¿Yo le pregunté, -Y esto? - ella con voz de gatita me respondió. -Es que tenía calor, me las saqué cuando fui al baño para ti, las llevo en el bolso tranquilo, je, je.! - Con aquella risa que disimulaba su descontrol comenzó ese contoneo que me volvía loco, bailaba sobre mí mientras mordía mi cuello con rabia y rozándose fuertemente para dejarme marcado con su jugo. Sin darme cuenta, abrió mis pantalones y ese contoneo tan morboso pasó a ser una danza macabra para destrozarme de placer allí mismo. Se nos había ido la cabeza por completo, pero son de esas cosas que te pasan en la vida y le dan a la pareja esa salsa especial.
                                                                                               Marcos CL 


lunes, 11 de mayo de 2020

Gotas




Nuestros cuerpos empapados en deseo se dejaron bautizar por aquel chorro de agua caliente, casi quemando, se intentaba hacer hueco en  medio del fuerte abrazo. Al fin los dos éramos uno mismo, el lugar se hacía pequeño para las piruetas que queríamos hacer, pero nos dio para todo y para más.

 Habiendo concordancia ¿qué importa cómo?,  amando con esta fuerza, ¿qué importa cuándo? Mientras nuestros ombligos estén pegados y el placer sea el mejor que podamos tener, que se pare el mundo si quiere, entonces te dije "ven a mi!“  y entonces entraste sin llamar, bien profundo y bien adentro, como a mi me gusta.
                                                                                                  Marcos CL

domingo, 10 de mayo de 2020

Vigía



Me encontraba muy ansiosa por salir a las 8, mi cita con el mar ya era ineludible cada día, calzado cómodo y a caminar. Le metía unos kilómetros de marcha a mis piernas por la zona y teniendo siempre a la Torre de Hércules como la vigía que todo lo ve.

 Cuando llevaba una hora caminando me senté en una roca y de la nada surgió aquella imagen subiendo desde el nivel del mar, apareció ese chico misterioso como algo súbito, se veía que no era de aquí, miraba atónito el poder del mar en el batir con la costa, esos azotes sin censura que el Atlántico le da a Galicia.

Me quedé helada cuando me di cuenta de que se estaba acercando a mí, eso me puso algo nerviosa, pero sentía curiosidad. Haciéndome señas ofreciendo su cámara, me pidió por mímica que le sacase una foto con el manto azul del océano de fondo. Olía genial y sus ojos emanaban paz. Un rostro angelical y bondadoso.

Le saqué la foto y devolviéndole la cámara con una sonrisa, me despedí de él moviendo la mano. Aquel chico misterioso, con una simple mirada y apenas unos segundos, me había desnudado la mente y el alma. Me fui alejando y cuando me giré para mirarlo de nuevo por última vez, ya no estaba, había desaparecido. Así fue como esa tarde, sin darme cuenta, aquel fotógrafo de lo terrenal y psicólogo de lo intangible, se había adueñado de mi sonrisa para siempre.

                                                                                          Marcos CL

viernes, 8 de mayo de 2020

Coco



Tarde de viernes de confinamiento en fase 0, ya estábamos en la desescalada de todo aquello tan extraño que había provocado ese virus maldito. A cientos de kms de él, todo comenzó como un juego sin querer o queriendo mucho.

Nos mandamos varias notas de audio, mientras yo tomaba el sol en mi jardín, piel brillante y candente impregnada de aceite de coco. Él, desde el norte me transmitía su energía y ese morbo natural que me da su tono al recitar. Media tarde y un calor acuciante que acompañaba mi piel y mi interior. Al tiempo que lo iba escuchando en su hablar, se me iba secando la boca, un sorbo de agua con limón bien fría y seguía.

 No daba crédito a que todo aquello, todo lo que oía me hacía fantasear así, de una manera increíblemente felina. Cerraba mis ojos y viajaba por cada imagen que sus palabras bien dichas me hacían sentir. Me describía con detalle como en estos momentos estaría pasando la yema de sus dedos por mis 9 tatuajes.

Me decía como iba buscando cada rincón y pliegue de mi cuerpo y encontrando nuevos paraísos en el. Se me ponía la carne de gallina e intentaba que no se notara demasiado la excitación en mis respuestas sonoras que le mandaba, a veces le iba poniendo una carita para disimular e ir enfriando mi mente, pero ya era tarde, punto de no retorno.

Eché el pareo por encima de mis piernas tapando la zona hasta mi ombligo, creo que no podía aguantar más y lo haría allí mismo. Mi mano fue bajando por debajo del pareo hasta encontrar mi punto apartando la braguita del bikini, me encantaba tener los ojos cerrados y que me fuera detallando lo que me haría cuando nos viésemos.

 Mis gafas de sol se empañaban por el sudor de mi frente y el corazón se me quería salir. Los auriculares puestos en conexión con sus palabras y mis dedos hábiles, ahora mismo no me hacía falta nada más en el mundo  para disfrutar de aquella nueva realidad virtual.

 Era cuidadoso con sus frases bien montadas y me llevaría al clímax en poco tiempo. Me dejé llevar por la corriente y en menos de dos minutos tendría aquella explosión de placer que me paralizó la respiración por un instante. Lo había vuelto a conseguir, era un brujo aquel lindo gallego.
                                                                                      Marcos CL


martes, 5 de mayo de 2020

Solpor




Coincimos varias veces viendo el atardecer en la costa de Caión, se veía que le encantaba la fotografía y contemplar con ternura el baile que el dios sol da con el horizonte en esa hora mágica de los días de verano. Su tez morena era preciosa, vista así de lado, tenía una fotogenia innata, pagaría oro por retratarla en mi estudio.

Absorta en aquel espectáculo natural, no se percataba de que la estaba observando con detenimiento, yo con cámara en ristre, intentaba captar ese instante donde el sol es engullido por el mar y de paso, intentar ver esa sonrisa que escondía aquella misteriosa chica. Esa carita estaba adornada por un lindo lunar en su mejilla derecha, el pelo corto y negro como el azabache, acompañaba esa aura de lugareña que disfruta de su hábitat y de la libertad que nos da el mar.

 Era un día de semana y no había nadie alrededor, dos almas solitarias y aquella película de fantasía que nos regalaba la naturaleza. Ya casi de noche, cogiendo su mochila se levanto de su piedra filosofal desde donde veía el mundo, con paso ligero y firme se fue alejando de mí unos metros más, mi sorpresa fue cuando se giro para mirarme y despedirse tan naturalmente, -Hasta mañana fotógrafo! - No contaba con aquel giro en la historia, me quedé helado pero sonriente por aquello. Mañana volvería al mismo lugar y buscaría en aquella piedra a mi sirena de Caión.
                                                                                                
                                                                                                Marcos CL
(Gracias por la imagen V.L)



miércoles, 29 de abril de 2020

Steel






Fabricación propia,
 hechos el uno para el otro,
del material más duro
 y con el molde perfecto.
 Bien ajustado y alineado,
encajaban ambos automáticamente,
 como siendo la misma pieza,
siendo lo mismo.

Con la lubricación perfecta
 y con el brillo adecuado
 de la valvulina preciosa y precisa.
 Enrosca y desenrosca,
adelante y atrás.
Todo fluye con soltura.
Después de horas y horas,
 todo va a las mil maravillas.

Con las vueltas justas,
 apretando lo que debían apretar,
  se quedaron unidos,
 quedaron siendo un mismo ser,
 una misma forma de acero,
 una misma labor y un mismo todo.
"Apriétame más y no te separes !!"
 Le dijo el tornillo a la tuerca.

Marcos CL

martes, 28 de abril de 2020

Pido






Pido la paz y la palabra porque quiero hablarte de mi vida, de mis sentimientos y mis locuras. Quiero que seas la verdadera artífice de mi enajenación y mi cura. Paseando por nuestra playa te contaré mi historia una y otra vez, mientras apoyo la cabeza en tu hombro, entrelazamos nuestras manos y te confesaré mis pecados y mis miedos.

 Quiero hacerlo sin dudarlo y sin cesar porque me calmas y porque me haces falta. Permaneceremos en esa playa, nuestra playa, en donde todo puede suceder, en donde nuestro mundo empieza y acaba, en donde la brisa del tiempo invernal nos azota mientras tus abrazos me arropan.

 Pido la paz y la palabra porque quiero hablarte de mi vida, de mis otras vidas, de la que nos queda por vivir juntos, viviendo esta aventura llamada amor.

                                                                                         Marcos CL

lunes, 27 de abril de 2020

Esencia




Aquel día de semana, allí mismo en aquel descampado junto a las vías del tren, los tres unidos: ella, yo y todo aquel morbo que se había dado sin querer. La danza comenzó sobre el capo de mi coche, comiéndonos cómo animales, cómo lobos hambrientos de toda aquella carne.



 Besos enfurecidos y caricias pegajosas de calor. Era inevitable no seguir por siempre, seguir así mientras las fuerzas nos dejaran. Nuestros ropajes tirados por fuera y nuestras ganas bien adentro. A horcajadas sobre mí, ese vaivén de lujuria acabaría en uno y otro clímax. Me mojaba con su excitación y ese olor a sexo hacía que nos volviéramos mas locos todavía.



Simplemente nos dejamos ir por el ritmo de nuestras caderas en aquel baile sin mascaras en la oscuridad del jueves. Delicias a golpe de verano. Todo tan sentido y y tan extraño que asusta. Relación sin demasiadas preguntas, pero con muchas respuestas en las miradas.

                                                                                           Marcos CL

domingo, 26 de abril de 2020

Hada




Paseando por los bosques de Ourense me sucedió algo que jamás hubiese imaginado. Caminaba por una robleda y escuchando un arroyo a lo lejos, fui hacia el sonido del agua que se dejaba escuchar entre frondosas ramas. Ese sonido de riachuelo que corre cauteloso se mezclaba con un tarareo en tono dulce y suave, entonces, he ahí la sorpresa!!, una musa se bañaba en aquel lugar de cuento, era como un hada del bosque encantado.

 Ella canturreaba inocente con cabello recogido y dejándose acariciar por aquellas aguas que pasaban suave por su piel, como regocijándose de tal belleza. Aquella hada del bosque estaba sola allí, ajena al mundo de miedos que la rodearon antaño, se iluminaba con mirada alegre disfrutando de aquel hermoso paraíso que la Naturaleza le había regalado en el día de su nacimiento.

 Su desnudez era perfecta y su gesto era como de fantasía. Ciertamente aquel lugar mágico y ella misma desprendían una sinceridad vital y una sencillez difícil de encontrar. Era simplemente el contacto con la Madre Tierra y sus elementos: piel, agua y transparencia en los sentimientos más íntimos que una persona puede poseer.

Encontrándose consigo misma disfrutaba del día de su cumpleaños haciendo una cura de vida, una purga de alma. Sin duda era una cita necesaria con su ego más personal. Después de aquello seguí caminando sin molestar y sin estropear esa maravillosa postal de cuento. Gracias por regalarme esta imagen, gracias por regalarme este momento.
Muchas felicidades a mi hada del bosque.
                                                                                         Marcos CL

sábado, 25 de abril de 2020

“San Marcos”






Desde por la mañana así. Saltaba de la cama como un resorte, para ponerme a hacer cosas, una ducha, un buen desayuno completo y a funcionar. Miraba el correo, limpiaba la casa y pensaba en la comida que prepararía. Después cocinaba, fregaba los cacharros y era inútil, volvía a caer. Intentaba evitar a toda costa ese pensamiento constante de llevar a cabo mis fantasías sexuales fuera de aquí.

 Rezaba sin ser creyente para que el gobierno nos diera un respiro, al menos para sentirnos, al menos para tenernos. Una utopía hoy por hoy. Había días que perdía la cuenta de las veces que ya me había masturbado. En cama al despertarme, en la ducha, en el sofá delante del ordenador, en el jardín tomando el sol. Un sin parar de amor propio.

Todos los días eran como sumar días marcándolos en la pared de tu celda, pero la cuenta atrás iba demasiado lenta, necesitaba estar dentro de ella con prontitud, sentir esas caricias, sentir esa química que te da la otra persona en ese acto. Escribía más que nunca para aplacar las ganas y canalizar la energía, pero ellas seguían ahí, acuciantes, sinuosas, amenazadoras y esperando que tuviera un momento de debilidad durante la jornada en casa para volver a caer en la lascivia.

Esa perversión me poseía y  me ponía en una mano el aceite y en la otra muchas ganas de su cuerpo, de su flujo, de su boca, de su saber hacer. Yo me lo hacía y lo volvía a repetir como algo obsceno, un ritual de onanismo que me provocaba hasta castigarme con fuerza para desfallecer de placer una y otra vez. Ni el 25 de abril, día de mi santo, pude contener ese deseo, me tocó hacer penitencia moral durante largas horas del día y flagelarme durante la noche.
Puto confinamiento, putas ganas. Pura VIDA.
                                                                                                  Marcos CL

viernes, 24 de abril de 2020

Suprema



Me provocas y te provoco para comenzar la batalla. Latigazos de caricias, suspiros profundos en forma de jadeos y una respiración agónica con cada hora que pasa. Sudor, amor y lujuria por nuestras venas, placer en nuestros cerebros. 

Te vengo y me vienes, una y otra vez. El sistema nervioso se conserva tan sensible después de tantos orgasmos que ya no sabemos dónde meternos o sacarnos. 


Cogemos aire, comemos un poco de fruta fresca, bebemos agua y me devoras de nuevo. Se abre la caja de Pandora y todo vale mientras los protagonistas de la obra sigamos siendo nosotros, actores principales en esta escena de dos rombos.

 Aprovecha cada momento pues el ahora jamás volverá, placer que tienes, placer que te llevas, sobre todo si es como el nuestro, calidad suprema.
"Carpe diem"
                                                                                              Marcos CL

jueves, 23 de abril de 2020

Felicidades



Me quedaba mirando para ella mientras se secaba al salir de la ducha. Ponía su tanguita y como nueva. Radiante, llena de brío y energía, era feliz. Canturreaba frente al espejo y yo me recreaba con aquella imagen perfecta desde la cama. Después de una tarde juntos llena de pasión y sexo, ¿cómo podía ser que todavía sintiera ese deseo tan ferviente por aquella mujer?

 Habíamos quedado a las 3 de ese día para darle el regalo de cumpleaños, eran las 9 de la noche y aún seguíamos así. Tenía que dejarla escapar, tenía que dejar que volviera a su vida, a sus obligaciones, pero antes un último beso por favor, quería sentir mis labios una vez más en aquella espalda tan sugerente. Salté de la cama y fui hacia el baño de la habitación, apoyándome en el quicio de la puerta, mis ojos hacían un scanner de pies a cabeza alimentando las ganas. Me mordía el labio pensando y calculando si me quedarían fuerzas para estar dentro de ella una vez más en esa sesión interminable de lascivia.

 Mi cuerpo no tardó en reaccionar, como una bestia di un paso al frente para dirigir mis manos a aquel suculento culo y mi boca con hambre a su hombro derecho, mientras apretaba aquella nalga que me excitaba tanto, mi boca se fue cerrando para clavar mis dientes en su piel, me gustaba tenerla acorralada entre mi dureza y la piedra del lavabo, una encerrona sin salida donde los dos éramos las víctimas. Se fue apretando más y más en mí para sentirme al completo.

Ya no había vuelta atrás, se inclinó hacia delante agarrándose con fuera al grifo y contoneándose me dio la orden para que entrara en ella como una fiera, ni lo dudé y no nos hicieron falta ni las manos, sincronismo perfecto, acople ideal. Una vez más en aquella tarde volcánica nuestros cuerpos eran uno solo, nuestras mentes enajenadas de amor perdieron el norte y el reloj se paró de nuevo.
                                                                                                     Marcos CL



miércoles, 22 de abril de 2020

Solárium



Agosto, todo el mundo en la playa y yo doblando turno en recepción. Solamente vinieran dos clientas durante la mañana y aún eran las 5 de la tarde, todavía 3 horas por delante, ¡menudo agobio! Menos mal que escuché la puerta de la entrada y la vi pasar, mi clienta preferida de aquel verano, Fátima, de pelo corto y mirada viva, era elegante en sus formas, en su gesto y en su caminar.



 Venía siempre radiante debido a su trabajo. Trabajaba aquí cerca en su estudio de delineación. Cuando entraba siempre hacía lo mismo, se paraba un rato conmigo y después me pedía la llave de la cabina 7, sesión de 10 minutos y lista. Muchas veces me comentaba que yo tenía suerte por vestir sport, ella no podía, su papel de empresaria la obligaba a vestir con indumentaria formal.


 Esa tarde la charla fue un poco más larga de lo habitual. Se dirigió hacia las cabinas y caminando por el pasillo se giró para decirme, - No me digas que estamos solos? Es que esto está super tranquilo hoy. – Normal- respondí yo, todo el mundo está en la playa y nosotros aquí encerrados, pero no te preocupes, si te pasa algo te rescato. Jajaja- Ella se sonrío con aquella carita de ángel y se metió en la cabina dejando la puerta entreabierta.


 Allí estaba yo en tierra de nadie, me daban ganas de echar la llave, poner el cartel de cerrado y que pasara lo que tuviera que pasar. Dudé por un instante, pero pensé, ¿y por qué no?, así lo hice, cerré la puerta de la entrada y fui hacia ella. La verdad es que ya llevábamos unas semanas con un tonteo bastante evidente. Me paré delante de la cabina y vi en el crono que le quedaba un minuto de su sesión, ella debió escucharme junto a la puerta entreabierta y con una voz muy suave me dijo, -Pasa que el tiempo se está agotando. -, a ese comentario le siguió una carcajada y yo pensaba, esta chica es que no se anda con rodeos. En ese mismo instante sonó la alarma de que su sesión terminara, entonces ella abrió el solárium.


 Era una auténtica belleza al natural, allí estaba, desnuda y sin ningún tipo de complejo. Me pidió que le pasara la toalla, aunque su gesto cambió para mejor, al ver algo tan evidente en mi pantalón corto. ¿Cómo contenerse ante una situación así? Me acerqué a ella para darle la toalla, extendió su mano, pero al instante la dejó caer al suelo, se acercó a mí y en ese momento supe que en esa tarde mi jornada laboral había terminado.


                                                                                            Marcos CL

Gracias por la imagen F.B.

martes, 21 de abril de 2020

313




 La verdad es que ser becario en aquel bufete de abogados no era tarea fácil. Mi jefa me tenía completamente achicharrado con tanta insinuación y miradas lascivas. Después de una semana intensa, ese viernes bastante tarde, al finalizar aquella larga reunión, estaba deseando escaparme a casa cuando el teléfono de mi despacho sonó, era ella para decirme con esa voz imperativa, -Marcos espera, no te vayas todavía que tenemos que repasar lo del juicio del lunes", en ese preciso instante sabía que sería mi perdición, yo como súbdito era desde hace tiempo su fantasía y debía quedarme para "repasar" el caso, o sea obedecer.


 Era un edificio grande y a aquella hora sólo quedaría el guarda en la entrada y nosotros en la tercera planta. Solos en la oficina, solos en el despacho 313. La jefa vestía siempre muy ceñida, traje chaqueta negro y blusa blanca con el pelo recogido, a ella poco le hacía falta para resaltar aquel voluptuoso cuerpo. Me hizo pasar y allí estaba, sentada en su trono. Era una mesa del despacho robusta de madera noble y su sillón de piel marrón oscura a juego. Me quedé de pie tembloroso y sabía que ella no iba a dejar que me sentara, se le veía en esa mirada felina que tiene.

Cruzó las piernas con fuerza y con la mano levemente empujó unos informes para que cayeran al suelo y dictar sentencia firme a continuación.  -¡Espero no tener que decirte lo que debes hacer!- Yo, sumiso, asustadizo y arrodillado junto a su mesa, fui recogiendo cada uno de los folios intentando no levantar la mirada de la alfombra, algo imposible, su aura de poder me envolvía y aquellas largas piernas se descruzaron de golpe como sables para dejarme sin aliento, yo seguía con la mirada esa línea prohibida desde sus zapatos de tacón de aguja, pasando por las rodillas y subiendo por aquellas medias negras de la perdición, hasta que se dejaron entrever sus misterios. Ya no sabía en dónde meterme y sudando frío, me temblaban hasta las orejas. A continuación, para seguir con su juego macabro me ordenó con fuerte voz que gateara hasta ella.

Cuando estaba a un palmo de su piel levantó una pierna y puso un tacón en mi hombro con fuerza, luego colocó el otro sobre su mesa y sus piernas en apertura máxima. Ahora sí que me tenía sometido por completo y aquella situación, aunque me hacía daño físico, me excitaba enormemente. Pronto me repetiría la frase de la sentencia, - ¡Espero no tener que decirte lo que debes hacer ahora! -

                                                                                                Marcos CL







domingo, 19 de abril de 2020

Calígula



Mi cabeza no paraba de darle vueltas a la misma idea, una y otra vez volvía a pasar esas diapositivas mentales, como una secuencia maldita que se repite de forma insidiosa. Siguiente presa, siguiente víctima en mi telaraña, siguiente muñeco en mi teatro de guiñoles. La gente pide la verdad, pero la verdad absoluta cuesta mucho leerla y mucho más digerirla.

Yo no hablaba así, con la verdad encima de la mesa, me manejo bien en la oratoria, hago buen uso de la ironía, de los dobles sentidos, del sarcasmo. El castellano es una lengua con una riqueza infinita si la utilizas bien. La conquista y la seducción se basan en decir lo que los oídos quieren oír, en escribir lo que los ojos quieren leer, es simplemente un juego psicológico en donde las personas listas salen ganando.

Me encanta conseguir que vivan cosas inéditas. Abriendo puertas hasta el momento inalcanzables para ellas, hacerles sentir cosas que ni siquiera imaginaban. Me atraen mucho las mentes complejas, poco manipulables, ese tipo de personas que pisan fuerte en la vida, que caminan con garbo, como comiéndose el mundo a su paso. Me gusta mucho eso, ver la caída desde sus tronos de papel hacia mi perversión, es un estruendo que suena tan fuerte que excita.

 Ese sabor de la victoria y ese orgasmo mental es supremo una vez acaba la partida. Me encanta regocijarme en esa escena caligulesca, verlas poseídas y después rendidas a mis pies, besando mis botas de tacón, lamiendo su punta y pidiendo clemencia, aunque queriendo más de lo mismo, pero con más intensidad.
                                                                                                 Marcos CL