Fabricación propia,
hechos el uno
para el otro,
del material más duro
y con el molde
perfecto.
Bien ajustado y
alineado,
encajaban ambos automáticamente,
como siendo la
misma pieza,
siendo lo mismo.
Con la lubricación perfecta
y con el brillo
adecuado
de la valvulina
preciosa y precisa.
Enrosca y
desenrosca,
adelante y atrás.
Todo fluye con soltura.
Después de horas y horas,
todo va a las
mil maravillas.
Con las vueltas justas,
apretando lo
que debían apretar,
se quedaron unidos,
quedaron siendo
un mismo ser,
una misma forma
de acero,
una misma labor
y un mismo todo.
"Apriétame más y no te separes !!"
Le dijo el
tornillo a la tuerca.
Marcos CL
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