sábado, 11 de enero de 2020

Me cocinas


La verdad que aquella cena fue toda una sorpresa, después de una jornada bien dura de trabajos y tocaba relajarse. Me llegó aquella propuesta y le dije que sí. Entré en el vestidor y no tenía ni idea de lo que ponerme pero al verlos en la estantería de calzado con su brillo y su rojo pasión, ya me venía el modelito a la cabeza.Elegí el vestido negro, era algo flojo pero me gustaba como me quedaba en el pecho, lencería negra, por supuesto, con medias de blonda y liguero a juego.

 Me había echado las cremas por cada rincón de mi cuerpo y dejé en el vestidor un olor dulce que me ponía en línea de lo que iba a pasar después. Habíamos quedado a las 10 en su casa, sería puntual. Ups cierto!! mi X1 estaba en el taller y debía conducir el coche de mi madre con el que no estaba acostumbrada a hacerlo con tacones, nada unas bailarinas para el camino y solucionado.

 Me encontraba nerviosa e intentaba no morder mi labio ya pintado de rojo también. Me había dicho que estaba cocinando, algo sencillo y con productos caseros y así fue. Al llegar a su finca  me calcé los tacones y entré con paso firme. Ya me estaba esperando en la puerta y me cogió el abrigo, siempre tan galante.

Durante la cena varios brindis con Lambrusco bien frío para suavizar la temperatura. Tenía razón, el menú muy sencillo como él, crema de calabacín de su huerta con picatostes y tortilla de patata con huevos de casa, estaba todo de rechupete y desde luego el postre sería el plato fuerte.

Cena de confesarnos muchas cosas, muchas risas y sentimientos muy intensos... Hoy  por la mañana, mientras preparo el café nos hemos reído de nuevo y no hemos hecho muchas fotos.
Veladas así las debería tener todo el mundo. Estoy cansada pero la sonrisa no se me va de la cara. Feliz VIDA!!!

                                                                                                                                  Marcos CL

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