Todo empezó como un juego
de palabras en aquel momento tan extraño de nuestras vidas. El confinamiento no
estaba siendo tan aburrido como pintaba en un principio, cuestión de
organizarse bien y sacar provecho de las cosas que tienes por casa y la
imaginación al poder. Su puesta en escena me cayó como agua de mayo para las
cosechas, de casualidad y sin contar con ello, su energía invadió mi espacio
solitario.
De vidas
completamente diferentes, pero con una conexión de energías fuera de lo común.
¿Quizás había encontrado la horma de mi zapato a 1000 kms de distancia?
Sinceramente, ya se podía esperar de todo de aquel año y al menos, dentro de lo
malo, tener unas cuantas raciones de alegría. Hablamos y hablamos durante
largas jornadas contándonos la vida y las sensaciones que nos invadían.
Yo particularmente
me encontraba en un punto bastante sensible y parecía que todo se magnificaba,
incluso la atracción sexual por aquella persona extraña, tan extraña hasta ese
momento para mí. Simplemente nos dejamos llevar por el ritmo de las teclas en
aquella mañana tan soleada. Me describió con detalle cómo sería darme un masaje
tántrico y sucumbí al poder de la imaginación, ahora fortalecida por tanta
fantasía que me aportaba esa alma gemela. Compartiríamos ese aceite de argán en
la distancia siendo mutuo el placer que nos proporcionan nuestros dedos y
nuestras manos.
Sensualidad, morbo,
perversión, delicadeza, todas ellas, palabras que nos llevan al único y
más grande sentido del ser, el vivir sin permiso, hacer lo que nos plazca en
ese momento y en cada momento, hacer que fluya cuando surja. Sus palabras en la
descripción me iban envolviendo de tal forma que la sentía a mi lado como una
realidad deliciosa. Su arte para detallarme todo aquello estaba haciendo que mi
boca se secase y mi corazón se me saliera del pecho.
Excitación al
límite de mis fuerzas, en dónde me marcaba el tempo a las
mil maravillas, sin duda sabría que tendría su resultado apoteósico y así
sucedió. Explosión por todo lo alto y fuera de mi cuerpo toda aquella tensión. Por momentos
así uno debe creer en la magia de las personas. Sin tocarnos nos sentimos, sin
besarnos nos amamos.
Marcos
CL
Haces que esa magia exista con esos relatos tan gráficos. 😘 Alm
ResponderEliminarGenial como todo lo que estoy leyendo de ti...
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