Me gustaría saber cómo
haces para sacar todo eso de mí. Ni siquiera sabía, hasta este momento, que podía
llegar a sentir esa erupción total que sale de mi alma con tus palabras, con tus
besos, con tus dedos, con tu lengua y tu energía. Me clavas la mirada y me penetras íntegramente
con tu ser indomable. Me puede tu fuerza natural y pura, me pueden esos ojos
castaños tan curiosos y pillos que hasta cuesta mirarlos seguido. Me atormenta la idea de
tener dependencia de ti. Miedo y vértigo de no poder salir de la droga que me
das en esas dosis de placer tan salvajes.
Me dejas afónica cada vez
que nos vemos y mi voz rasgada es incapaz de decir lo que siento mientras mi corazón
se calma. Me dejas temblando como una espadaña en el río después de una riada
de sensaciones. Ni siquiera soy capaz de detener ese temblor que dejas en mis piernas
de forma continua y repetida, cuando sales de mí. Me dejas seca, me dejas
herida, me dejas plena, me dejas agónica y me encanta morir así.
Morirme de placer, morirme en paz y morirme llena
de ti.
Marcos CL
Para qué morir de amor, si podemos morir de placer ������
ResponderEliminarPor qué morir de placer, si podemos vivirlo!!!
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